En esta sección Las Casas nos relata las atrocidades cometidas contra los indios, parecidas a las que encontramos en la Brevísima relación.
«Estaba el capitán general en un aposento, apartado de allí alguna distancia, donde también oía sus dolorosos gemidos y gritos lamentables, y porque de cilios recibía pena, o por quitalle el reposo o quizá de lástima y piedad, envió a mandar que los ahogasen; pero el alguacil del real, que ejecutaba la inicua sentencia y era el verdugo de aquel acto, hízoles meter palos en las bocas, porque no sonasen ni oyese el capitán los alaridos y gemidos que daban, y así se quemasen abrasados, como si le hubieran muerto a todo su linaje. Todo esto yo lo vide con mis ojos corporales mortales»
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